Me alumbraron una tarde en un hermoso lugar, en una casa muy blanca enjalbegada con cal.

En la casa había un pozo con agua de azul cristal se sacaba con carrucha apoyada en el brocal.

Con aquel agua preciada solía bañarme mamá y lavaba mis pañales que tendía en el corral.

En aquella casa blanca había que trabajar para que la sed de todos se pudiera sofocar.

María Lancho Moreno